lunes, 3 de marzo de 2014

¡Benditos lunes!


Tras la vorágine de la semana pasada deseaba que llegara hoy lunes.

Volver a compartir juegos entre las sábanas con mis fieles clientes y con los nuevos que se me acerquen me llena de alegría. Sigo sintiendo esa ilusión, mezcla de ansiedad, curiosidad y morbo, en cada encuentro. Sea el primero o el décimo que tengo con un cliente. Porque cada encuentro es único e irrepetible y lo deseo. Lo deseo y ese deseo me hace vivirlo como si tal vez fuera la última oportunidad de compartir placer.  Y me llena de felicidad porque sé que cada vez consigo mi objetivo, que es tan sencillo y complicado como que tus deseos se cumplan. Recorrer caminos, a veces marcados y otras nuevos y por descubrir, para encontrar el deleite de tus deseos y el placer sublime, me hace feliz. Compartir placer y darlo es lo más gratificante que hay en esta vida. 

Bendito lunes, quién me iba a decir que los lunes serían tan maravillosos.

Hoy puedo afirmar que tengo el mejor trabajo de mundo. ¿O existe algún trabajo mejor que dar placer y compartir felicidad?

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