Adoro el Mar. Su grandeza, su belleza. Adoro cuando en calma
su brisa juega con mi pelo y lo impregna con su olor. Adoro el Mar cuando
está bravo y golpea mi piel desde la orilla con fuerza, inundando mi piel con
su sabor.
Adentrándome en el Mar, dejo que me penetre, que se cuele hasta
mis entrañas, que cada uno de mis poros rezume a él. La Mar me guía trazando un rumbo sin derrotas
ni derivas.
Mar a dentro rezo a Neptuno y me encomiendo a él, para que
me cuide y me proteja en mis juegos con
la Mar, sabiendo que las normas siempre serán las suyas.
El Mar envuelve mi vida y la llena de caricias, de
verdad y de paz. Después del temporal, cuando llega la calma y nuestros cuerpos
reposan, me hace sentir llena, grande, saciada y feliz.
La Mar siempre está presente en mi realidad, en mis pensamientos
y en mis sueños.
...el Mar, la Mar...
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